El ADN hallado en elementos abandonados durante la huida y la videovigilancia del entorno del museo permitieron a los investigadores identificar y detener a dos de los cuatro autores del robo de las Joyas de la Corona en el Louvre, según informó Clarín.
Los detenidos son un franco-argelino de 39 años, aprehendido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba viajar a Argelia, y un francés originario de Mali, capturado en Saint-Denis.
Pese al avance, las ocho piezas robadas siguen sin ser recuperadas y crece el pesimismo sobre su destino.
Cómo los identificaron
En la huida, los ladrones abandonaron guantes, un casco, dos amoladoras, un soplete, un chaleco amarillo y un walkie-talkie.
El primer sospechoso fue vinculado por cabellos extraídos de un casco de motocicleta.
El segundo, por el ADN hallado en un chaleco amarillo que usó para acceder a la Galería Apolo.
Con ese material, los laboratorios cotejaron perfiles en el Archivo Nacional de Huellas Genéticas (FNAEG) y consolidaron la pista.
En paralelo, cámaras públicas y privadas trazaron la ruta de escape por París y vías cercanas.
Filtraciones y operativo
La filtración a la prensa de las detenciones entorpeció la labor de los investigadores.
Un equipo seguía a los sospechosos para reconstruir el circuito del botín y llegar a posibles patrocinadores, pero la difusión obligó a acelerar los arrestos.
Unos cien efectivos siguen dedicados exclusivamente al caso.
Los prófugos y el botín
Se busca a otros dos miembros del grupo, que habrían aguardado en scooters Yamaha T-Max con el motor en marcha para la fuga.
Hasta ahora solo se recuperó la tiara de la emperatriz Eugenia, dañada al caer. Las otras ocho joyas, tasadas en unos 88 millones de euros, no aparecieron.
Fuentes cercanas a la pesquisa temen que diamantes y piedras sean desmontados y dispersados por canales internacionales, lo que dificultaría la reconstrucción de las piezas.
Seguridad y debate
El golpe, ejecutado en poco más de siete minutos, reabrió el debate sobre la seguridad del Louvre.
Parte de las colecciones y joyas fueron trasladadas temporalmente a bóvedas externas, mientras el museo y autoridades culturales discuten cómo reforzar la protección sin convertir a los museos en “cajas fuertes”.
Los siguientes pasos en la investigación incluyen pericias sobre los elementos secuestrados, ampliación del análisis de cámaras en autopistas y comercios, y búsqueda internacional del botín y de los dos prófugos.
El ADN hallado en elementos abandonados durante la huida y la videovigilancia del entorno del museo permitieron a los investigadores identificar y detener a dos de los cuatro autores del robo de las Joyas de la Corona en el Louvre, según informó Clarín.Los detenidos son un franco-argelino de 39 años, aprehendido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba viajar a Argelia, y un francés originario de Mali, capturado en Saint-Denis. Pese al avance, las ocho piezas robadas siguen sin ser recuperadas y crece el pesimismo sobre su destino.Cómo los identificaronEn la huida, los ladrones abandonaron guantes, un casco, dos amoladoras, un soplete, un chaleco amarillo y un walkie-talkie.El primer sospechoso fue vinculado por cabellos extraídos de un casco de motocicleta.El segundo, por el ADN hallado en un chaleco amarillo que usó para acceder a la Galería Apolo.Con ese material, los laboratorios cotejaron perfiles en el Archivo Nacional de Huellas Genéticas (FNAEG) y consolidaron la pista. En paralelo, cámaras públicas y privadas trazaron la ruta de escape por París y vías cercanas.Filtraciones y operativoLa filtración a la prensa de las detenciones entorpeció la labor de los investigadores. Un equipo seguía a los sospechosos para reconstruir el circuito del botín y llegar a posibles patrocinadores, pero la difusión obligó a acelerar los arrestos. Unos cien efectivos siguen dedicados exclusivamente al caso.Los prófugos y el botínSe busca a otros dos miembros del grupo, que habrían aguardado en scooters Yamaha T-Max con el motor en marcha para la fuga.Hasta ahora solo se recuperó la tiara de la emperatriz Eugenia, dañada al caer. Las otras ocho joyas, tasadas en unos 88 millones de euros, no aparecieron. Fuentes cercanas a la pesquisa temen que diamantes y piedras sean desmontados y dispersados por canales internacionales, lo que dificultaría la reconstrucción de las piezas.Seguridad y debateEl golpe, ejecutado en poco más de siete minutos, reabrió el debate sobre la seguridad del Louvre. Parte de las colecciones y joyas fueron trasladadas temporalmente a bóvedas externas, mientras el museo y autoridades culturales discuten cómo reforzar la protección sin convertir a los museos en “cajas fuertes”.Los siguientes pasos en la investigación incluyen pericias sobre los elementos secuestrados, ampliación del análisis de cámaras en autopistas y comercios, y búsqueda internacional del botín y de los dos prófugos. La Voz

