En una de las tantas veces que nos trasladábamos por el sector del paddock, de repente y casi sin pensarlo, nos encontramos con el argentino Ricardo Juncos. Acompañado por su hijo Leandro, el empresario se detuvo unos minutos para conversar y analizar distintos aspectos de la actualidad del automovilismo.
Juncos, radicado en Estados Unidos y propietario del equipo Juncos Hollinger Racing en la IndyCar, tuvo entre sus pilotos al arrecifeño Agustín Canapino, quien compitió en la categoría norteamericana antes de regresar al Turismo Carretera.
Sobre la experiencia del argentino en la Indy, comentó:
“Agustín hizo un gran esfuerzo, se tuvo que adaptar rápidamente a una categoría muy nueva y exigente. Viniendo del TC, lo hizo de manera brillante. Lamento que, por cuestiones de presupuesto, haya tenido que volver a la Argentina. Nunca pudo conseguir el soporte económico para financiar su continuidad. Estoy siempre en contacto con él, es un excelente muchacho”.
El presente de Colapinto en la Fórmula 1
Consultado sobre el desempeño del joven Franco Colapinto, actual representante argentino en la Fórmula 1, Juncos destacó:
“Es muy bueno tener a un argentino. Hay que tener paciencia, pilotos como Hamilton, Sainz y los hombres de Red Bull también necesitan tiempo para adaptarse a los cambios de equipo. Tiene posibilidades porque cuenta con apoyo y seguramente irá ilusionando”.
Al mismo tiempo, advirtió sobre la presión que conlleva representar al país:
“Vive bajo una fuerte presión. En Argentina, en las redes, no te perdonan nada. Hay ex pilotos que ahora, vestidos de analistas, opinan demasiado y eso tampoco ayuda. Con Agustín nos sucedió algo parecido”.
Fórmula 1 e IndyCar, dos mundos distintos
El empresario trazó además una interesante comparación entre ambas categorías:
“Son dos cosas muy distintas. En la Fórmula 1 hay que gestionar muy bien el neumático, que tiene una degradación increíble. Tenés solo una vuelta para sacar los mejores tiempos. Hay que tener la presión y la temperatura perfectas, es muy difícil sacarle el jugo en un solo giro. Además, hay mucha electrónica y regeneración de energía. El software entre curva y curva te permite manejar el balance del auto, es muy complejo.
En la Indy hay más libertades. Los reglajes de suspensión son distintos, ya que cuentan con cinco variables. Corremos en muchos circuitos ovalados y los amortiguadores cumplen un rol fundamental. A veces los pisos de esos trazados no son los ideales. La categoría es muy competitiva y, en ocasiones, la vuelta dura menos de un minuto. Son 27 coches con márgenes mínimos de diferencia. Son dos campeonatos muy buenos, y la Fórmula 1 ha recuperado popularidad en Estados Unidos gracias a la serie de Netflix”.
Y concluyó con una frase contundente: “La Indy es la Fórmula 1 de hace 20 años, con menos política y exposición”.
El sueño de Pechito y el futuro de Leandro
Antes de despedirse, Juncos reconoció que en varias oportunidades intentó sumar a José María “Pechito” López a su equipo: “Creo que tiene más ilusión su padre que él mismo de correr en el automovilismo norteamericano. Me hubiese encantado tenerlo conmigo, pero nunca pudimos finiquitar la posibilidad de, aunque sea, realizar una prueba”.
Por último, reveló que está enfocado en consolidar la carrera de su hijo Leandro Juncos, de 20 años, quien lo acompañaba durante la charla y ya se encuentra realizando pruebas en la Fórmula 3 Británica: “Está avocado a convertirse en piloto profesional y eso me llena de orgullo. Lo estoy acompañando en este camino con mucho entusiasmo”.
En una de las tantas veces que nos trasladábamos por el sector del paddock, de repente y casi sin pensarlo, nos encontramos con el argentino Ricardo Juncos. Acompañado por su hijo Leandro, el empresario se detuvo unos minutos para conversar y analizar distintos aspectos de la actualidad del automovilismo.Juncos, radicado en Estados Unidos y propietario del equipo Juncos Hollinger Racing en la IndyCar, tuvo entre sus pilotos al arrecifeño Agustín Canapino, quien compitió en la categoría norteamericana antes de regresar al Turismo Carretera.Sobre la experiencia del argentino en la Indy, comentó:“Agustín hizo un gran esfuerzo, se tuvo que adaptar rápidamente a una categoría muy nueva y exigente. Viniendo del TC, lo hizo de manera brillante. Lamento que, por cuestiones de presupuesto, haya tenido que volver a la Argentina. Nunca pudo conseguir el soporte económico para financiar su continuidad. Estoy siempre en contacto con él, es un excelente muchacho”.El presente de Colapinto en la Fórmula 1Consultado sobre el desempeño del joven Franco Colapinto, actual representante argentino en la Fórmula 1, Juncos destacó:“Es muy bueno tener a un argentino. Hay que tener paciencia, pilotos como Hamilton, Sainz y los hombres de Red Bull también necesitan tiempo para adaptarse a los cambios de equipo. Tiene posibilidades porque cuenta con apoyo y seguramente irá ilusionando”.Al mismo tiempo, advirtió sobre la presión que conlleva representar al país:“Vive bajo una fuerte presión. En Argentina, en las redes, no te perdonan nada. Hay ex pilotos que ahora, vestidos de analistas, opinan demasiado y eso tampoco ayuda. Con Agustín nos sucedió algo parecido”.Fórmula 1 e IndyCar, dos mundos distintosEl empresario trazó además una interesante comparación entre ambas categorías:“Son dos cosas muy distintas. En la Fórmula 1 hay que gestionar muy bien el neumático, que tiene una degradación increíble. Tenés solo una vuelta para sacar los mejores tiempos. Hay que tener la presión y la temperatura perfectas, es muy difícil sacarle el jugo en un solo giro. Además, hay mucha electrónica y regeneración de energía. El software entre curva y curva te permite manejar el balance del auto, es muy complejo.En la Indy hay más libertades. Los reglajes de suspensión son distintos, ya que cuentan con cinco variables. Corremos en muchos circuitos ovalados y los amortiguadores cumplen un rol fundamental. A veces los pisos de esos trazados no son los ideales. La categoría es muy competitiva y, en ocasiones, la vuelta dura menos de un minuto. Son 27 coches con márgenes mínimos de diferencia. Son dos campeonatos muy buenos, y la Fórmula 1 ha recuperado popularidad en Estados Unidos gracias a la serie de Netflix”.Y concluyó con una frase contundente: “La Indy es la Fórmula 1 de hace 20 años, con menos política y exposición”.El sueño de Pechito y el futuro de LeandroAntes de despedirse, Juncos reconoció que en varias oportunidades intentó sumar a José María “Pechito” López a su equipo: “Creo que tiene más ilusión su padre que él mismo de correr en el automovilismo norteamericano. Me hubiese encantado tenerlo conmigo, pero nunca pudimos finiquitar la posibilidad de, aunque sea, realizar una prueba”.Por último, reveló que está enfocado en consolidar la carrera de su hijo Leandro Juncos, de 20 años, quien lo acompañaba durante la charla y ya se encuentra realizando pruebas en la Fórmula 3 Británica: “Está avocado a convertirse en piloto profesional y eso me llena de orgullo. Lo estoy acompañando en este camino con mucho entusiasmo”.