Habitaciones cálidas, cocina casera –de muy buen nivel– y atención personalizada. La Patagonia tiene hoteles que se destacan por su gastronomía, por lo bien que reciben y el vínculo que establecen con quienes los visitan, y el entorno dónde están ubicados. Algunos sorprenden por su spa, otros por la coordinación de actividades y muchos por la historia que los precede. Aquí una selección de cinco lugares que vale la pena destacar.
Hostería El Pilar
El Calafate – Santa Cruz
La localidad deEl Chaltén data de 1985 y la hostería, de 1994: es una auténtica pionera. Ubicada en el Valle del Río de las Vueltas, a 17 km del pueblo, los emprendedores fueron Marcelo Pagani y Carolina Codó –montañista y médica del pueblo, respectivamente–, que llegaron hacia 1987 y quedaron prendados con el magnetismo del paisaje. Pasaron los años, Carolina sigue siendo la propietaria, pero dejó la atención en manos de Guillermo y María Cristina di Salvo. Rodeada de bosque andino patagónico, la estadía aquí es ideal para el descanso o la contemplación, pero también para emprender los senderos que propone el destino. El casco, patagónico de ley, cuenta con pisos de madera en las diez habitaciones dobles, algunas de ellas tienen vista al Fitz Roy. En el restaurante se sirve cocina casera, abastecida por la huerta. Abre del noviembre a abril.
- RP 41 Km 17. T: (2966) 46-0706. IG: @hosteriaelpilar
Casona del Alto
San Martín de los Andes – Neuquén
A 7 km de la ciudad, en el valle de la Vega, Lilia Smith y Fernando Giménez dieron vida a su sueño: una cálida hostería donde la desconexión fuera absoluta. Construida en la ladera de una montaña con inmejorables vistas del cerro Chapelco, desde 2012 reciben con un puñado de esmerados empleados, en nueve acogedoras habitaciones. Lilia, egresada del IAG, está al mando de la cocina, donde prepara los desayunos artesanales con un despliegue de scons, tortas, brownies, galletitas y otras delicias caseras; y los platos que integran el menú de 3 pasos que cada noche se sirve en el salón, con productos frescos. El trato amable, el cuidado del detalle y un excelente servicio aseguran un descanso perfecto. Cierra en mayo.
- Calle 5, n° 187, Callejón Gingins. T: (2972) 54-3758. IG: @casonadelalto
Tierra de Leyendas
Ushuaia – Tierra del Fuego
Hace ya 20 años, Sebastián García Cosoleto y María Paz Muriel –chef él, licenciada en turismo ella−, se tomaron un año sabático para viajar por el mundo y “abrir la cabeza”. De esa experiencia volvieron con un proyecto: crear Tierra de Leyendas, la ciudad natal de ella. Sobre una loma de una zona apartada y tranquila de Ushuaia, pero a diez minutos del centro, construyeron una primera etapa con cuatro habitaciones que al tiempo llegaron a siete, todas con enormes ventanales, algunas de las cuales miran al canal, otras a la montaña que rodea la ciudad. A cargo de la cocina está Sebastián, que ofrece menú a la carta. Al aire libre, un fogón en cuyo centro arde la leña a la tarde, cuando los huéspedes vuelven de sus excursiones, aglutina a todos para que compartan sus experiencias del día. Cuentan también con sala de juegos y con una huerta que los huéspedes pueden visitar. Mientras que, otro de los spots privilegiados es una minipiscina exterior y climatizada para seis personas.
- Tierra de Vientos 2448. T: (+54 2901) 44-6565. IG: @tierradeleyendashotelushuaia
Posada Los Juncos
Bariloche – Río Negro
El joven Lucas Bozzano es el actual responsable de un proyecto hotelero que nació en 1949, cuando Alberto Rahm, suizo llegado a Bariloche en 1919, y su mujer Carolina Kromer, de estirpe alemana, decidieron construir una hostería en el Km 20 de la avenida Bustillo. A partir de 1960, la propiedad pasó por diferentes dueños hasta que la empezaron a manejar Machi González Venzano –decoradora del hotel Llao Llao– y su hijo, Gonzalo Fernández Iramain. La renombraron Los Juncos y le imprimieron el estilo que hoy la distingue. Buen gusto en los detalles y mobiliario, y una ambientación que tiene mucho de casa de descanso, anticipan todo lo bueno que sucederá. El confortable clima que impera en las áreas comunes se prolonga en las habitaciones. Son cuatro junior suites (Aire, Tierra, Fuego, Agua) y una master suite (Alma), todas con sus vistas a cuál más preciada. El desayuno es muy completo. La cocina, sólo de noche y con menú fijo a cargo de Natalia Leira, que se especializa en hongos y “alimentos del bosque”, pero también ofrece carnes y una carta tradicional. Además, coordinan eventos culturales y gastronómicos, talleres de fotografía, de barista de café, retiros de yoga y peñas folclóricas. Así la estadía resulta una experiencia bien completa. Y alquilan la posada con modalidad full house, con los servicios y actividades extra a elección.
- Av. Bustillo Km 20. T: (294) 495-7871. IG: @posadalosjuncos
Posada La Escondida
Villa Pehuenia – Neuquén
Inaugurada en 2004, tiene el espíritu de una casa grande y un servicio intachable producto de un equipo consolidado desde hace años. Todos los espacios comunes de esta encantadora posada miran al lago Aluminé: el espacioso living en dos niveles, el restaurante (exclusivo para huéspedes con una propuesta diaria que incluye ensaladas, sopas y tablas patagónicas) y la zona de juegos. La panificación, la repostería y los dulces son artesanales. La Escondida cuenta con seis habitaciones dobles, construidas a orillas del lago, que homenajean a grandes artistas y, cada una con un deck que baja al Aluminé y baño con hidromasaje. Además, cinco cabañas con capacidad hasta para 6 personas, y cuatro flamantes aparts con impactantes vistas y capacidad para 2/3 personas. Estos últimos, con desayuno opcional.
- Calle Coihues s/n (camino a la península). T: (2942) 69-1166. IG: @posadalaescondida
De Río Negro a Tierra del Fuego, posadas y hosterías en medio de la naturaleza que se destacan por cómo reciben a sus huéspedes Revista Lugares