Con especial sensibilidad se recibió en la Argentina la noticia de la muerte de David Ketchum, un destacado comediante estadounidense que hubiese pasado completamente inadvertido entre nosotros de no haber tenido participación destacada en una de las series clásicas más queridas por el público de nuestro país: Súper Agente 86.
Ketchum quedó en el recuerdo gracias al personaje que lo identificó de por vida en esa serie antológica, el Agente 13. Llegó a la serie protagonizada por el “temible operario del recontraespionaje” para participar en la segunda temporada, estrenada entre 1966 y 1967, y con llegada muy rápida a los televisores de nuestro país.
Allí lo veíamos y disfrutábamos como uno de los secundarios más populares (y más graciosos) de esta gran parodia de las películas de espías. Ketchum, como el Agente 13, era el responsable de misiones encubiertas que cumplía escondido en los lugares más inverosímiles e insólitos: dentro de un buzón, una boca de incendio, un reloj de pie o una enredadera. Desde ese tipo de espacios apretados y siempre incómodos compartía información con el Agente 86 (Don Adams), pero sin poder disimular su molestia por las misiones que se le asignaban.
Según recordó en las últimas horas la prensa de Hollywood, la primera e inmejorable aparición del Agente 13 se produjo cuando su cabeza llena de sudor empezó a destacarse en medio del vapor del sector de toallas de una barbería. En el momento en que 86 le pregunta qué tiene para informarle sobre el más reciente plan criminal de KAOS, el Agente 13 responde: “Lo único que supe es que he llegado a odiar a este personaje”.
La queja era parte recurrente de cada nuevo chiste protagonizado por Ketchum, de estampa y vis cómica perfecta para interpretar ese papel. Hace unos años, el actor recordó que el desafío más complicado surgió cuando a los guionistas se les ocurrió meter al personaje dentro de un lavarropas. “Mido 1,88, así que no entro fácilmente en espacios reducidos y un lavarropas era en ese momento lo más chico que podía encontrarse. También construyeron un tubo de 2 metros y medio en el que me metí para que me dieran vueltas dentro del lavarropas. ¡A ver quién logra acordarse de decir sus líneas mientras da vueltas con agua y jabón en la cara!”, contó hace unos años.
También recordó el momento en que alguien tuvo la idea de meterlo dentro de un sofá. “Pensaron que iba a ser gracioso. La escena transcurría en una fiesta, todos se ponían de pie y yo me quedaba en el sofá con una chica y una bebida. Después me metieron en el locker de un aeropuerto, en una máquina de hielo y así las cosas se pusieron cada vez más ridículas”, evocó.
Vista en retrospectiva, fue casi una broma del destino que Ketchum naciera dentro de un ascensor en Quincy, Illinois, el 4 de febrero de 1928. Decidió estudiar ingeniería eléctrica porque no estaba convencido de poder ganarse la vida en el mundo del espectáculo, su vocación de toda la vida. Pero se las ingenio para hacerlo.
Su carrera artística empezó a comienzos de la década del 50 cuando consiguió un lugar para conducir un programa de radio nocturno en San Francisco y desde allí empezó a tejer redes y contactos que le permitieron entrar en la televisión, donde mostró muy tempranas dotes innatas para hacer reír.
Llegó en la década siguiente a Súper Agente 86 gracias a que su productor, Leonard Stern, lo había convocado algunos años antes para ocupar un papel estable en la telecomedia I’m Dickens, He’s Fenster, protagonizada por John Astin, el futuro Homero de otra gran serie clásica, Los locos Addams.
Después de Súper Agente 86, Ketchum participó de otras series (entre ellas El show de Mary Tyler Moore), hizo unas pocas apariciones en el cine y se convirtió en un destacado actor de voz para proyectos de animación. En la película de 2008, protagonizada por Steve Carell como el Super Agente 86 y Anne Hathaway como la 99, el papel del agente 13 estuvo a cargo de Bill Murray.
“David deja un legado de risas, calidez y momentos televisivos inolvidables que nos recuerdan que a veces la sorpresa más grande (como ver a alguien insertado en un buzón) puede generar la sonrisa más grande”, dijo su familia en una declaración difundida tras conocerse la noticia de su fallecimiento.
El Agente 13, de la mano de Ketchum, tal vez no haya tenido la presencia de otros grandes personajes secundarios de Súper Agente 86 como el robot Jaime o el torpe agente Larabee, pero los fans de la serie, que en la Argentina se repuso infinidad de veces y siempre con gran repercusión, lo convirtieron desde el vamos en uno de sus preferidos. Su aparición fue una de las grandes ocurrencias de Mel Brooks y Buck Henry, los creadores de la serie.
Tenía 97 años y fue uno de los grandes secundarios de la serie, siempre escondido y encubierto en los lugares más insólitos Series de tv