Cualquiera que lo haya visto posar para las fotos con el Obelisco de fondo pudo confundirlo con un modelo o un actor. Un semblante que no difiere tanto del que muestra cuando se presenta a la conferencia de prensa después de una dura batalla de 80 minutos. Puede pasar, también, por francotirador, dada la frialdad con que ejecuta en la cancha. La sencillez con que George Ford recibe al cronista en el lobby del hotel Marriott es la misma con la que se sienta ante los periodistas en la sala de prensa del estadio de Estudiantes de La Plata, las dos partes en las que se dividió esta entrevista. Una imagen que no se condice con su condición de emblema de uno de los equipos más poderosos del mundo.
Podría estar, también, de gira por Australia como parte de los British & Irish Lions, pero otra vez fue omitido por el entrenador de turno. Una bendición para Inglaterra, lo opuesto para la Argentina.
George Ford lo hizo otra vez. El traje de verdugo de los Pumas le calza a la perfección. El sábado volvió a ser figura, en el triunfo en el test match que abrió la serie que tendrá su epílogo este fin de semana en San Juan, un escenario conocido para él. Como en el último Mundial (2023), como en su visita previa al país (2017), el apertura frustró a la selección argentina.
El primer tiempo fue de hegemonía de los Pumas, que dominaron posesión y territorio. En su único avance profundo, cuando los ingleses actuaban con un jugador menos por una tarjeta amarilla, Ford acertó un drop, la única variante al marcador en 40 minutos. Un anticipo de lo que ocurriría en el segundo tiempo, en el que Inglaterra fue letal en cada avance.
El apertura terminó con 15 puntos y manejó los hilos del partido con sus dotes de conductor y su precisión con el pie para liderar a su equipo a la victoria por 35-12. En el encuentro que abrió Francia 2023 para ambos, en Marsella, había anotado los 27 tantos de su equipo (incluidos tres drops, también con un jugador menos durante 10 minutos por una expulsión), y en la serie de 2017 totalizó 38 tantos en dos partidos. En ocho enfrentamientos con los Pumas acumula ocho triunfos.
“No es sólo contra Argentina. En el rugby internacional hay que encontrar distintas formas de sumar. Hay que hacer que el marcador se mueva, generar presión en el tanteador, y el drop es una de las maneras de hacerlo”, matizó. “Estuvimos bajo presión en buena parte del partido. Salir con algo de la primera visita a sus 22 metros era clave. Ésa fue la decisión. Anotar puntos es parte de mi trabajo. Cuando mi compañeros se esfuerzan tanto y se entregan para darnos oportunidades de anotar tries, ganar penales y ejecutar drops, lo mínimo que puedo hacer es asegurarme de convertir. Ése es mi rol: mantener el marcador en movimiento. Nunca lo veo como algo individual. Todo se trata del equipo. Todo se trata de hacer lo correcto para el equipo y que al final el equipo gane”.
Con 32 años, lleva la mitad de su vida siendo jugador profesional, ya que debutó en Leicester Tigers a los 16, y se volvió el más joven en jugar en la Premiership inglesa. Su estreno en la selección se produjo en 2014 y desde entonces Ford atravesó momentos de éxtasis y sinsabores. Debió pelear por el puesto con Owen Farrell (un amigo de la infancia con quien compitió por ser el apertura tanto como compartió el tándem 10-12), Marcus Smith y Fin Smith. Su gran deuda pendiente es ser convocado a los British & Irish Lions, circunstancia que lo trajo aquí en 2017 y también ahora, como capitán de un equipo integrado por una mayoría de jugadores jóvenes. El sábado se transformó en el octavo inglés en cumplr a 100 caps.
100 caps and counting for @George_Fordy 💯🌹🙌#ARGvENG pic.twitter.com/9QQp2KjG0x
— England Rugby (@EnglandRugby) July 5, 2025
“Mi papá [Mike] fue jugador profesional [de rugby league]. Yo lo veía jugar y soñaba con seguir sus pasos. Mi hermano [Joe], también. Mi familia hizo muchos sacrificios para darme esa oportunidad”, cuenta Ford. “Los vi en el vestuario después del partido; fue un momento realmente especial. Compartir eso en familia es muy lindo. Y también con todos los compañeros, entrenadores y el staff. Fue un verdadero test match. Realmente disfruté el partido. Salimos a darlo todo, y cuando hacemos eso, realmente se disfruta”.
–¿Qué conclusiones les deja esta victoria?
–Obviamente, estuvimos bajo bastante presión en ese primer tiempo. Contra un gran equipo, como Argentina, a veces hay que aguantar esa presión. Hubo momentos clave, como cuando defendimos sobre nuestra línea de in-goal y evitamos que nos anotaran; sabíamos que iban a ser jugadas importantes. Siempre hablamos de mantenernos enfocados. Sentimos que llegar 3-0 al entretiempo, considerando que pasamos buena parte del primer tiempo en nuestro campo, era positivo. Por eso, al llegar al descanso creímos que si lográbamos ganar algo de territorio y generar oportunidades en ataque, podríamos crear chances de try, y eso hicimos.
–¿De qué hablaron en el entretiempo como para dominar de tal forma en la segunda mitad?
–Hubo algunos ajustes. Recibimos muy buenos mensajes e indicaciones del staff para cambiar un par de cosas tácticamente, cosas que creímos nos darían mayor control territorial y oportunidades de anotar. En el primer tiempo, en las pocas posibilidades que tuvimos en ataque nos sentimos peligrosos, pero no generamos lo suficiente. Por cuestiones de disciplina pasamos demasiado tiempo en nuestro campo. Probablemente tampoco hayamos salido bien de nuestra mitad de cancha a través del juego con el pie. Así que hicimos algunos ajustes tácticos respecto a cómo jugar y cómo patear para darnos más oportunidades de atacar en la segunda mitad.
Compacto de los Pumas 12 vs. Inglaterra 35
–Más allá de lo rugbístico, tuviste posibilidades de conocer Buenos Aires.
–Me encanta venir acá, lo disfruto mucho. Es una experiencia distinta para nosotros estar en una ciudad como ésta. Nos encanta salir a caminar, tomar café, comer buena comida. Está bueno, es muy movido. Es como estar en Londres.
–¿La gente los reconoce en la calle?
–No mucho. A veces, si tenemos la ropa del equipo y vamos por un café, sí. Pero fuera de eso, no.
–En tu visita anterior, en 2017, la situación era similar: Inglaterra vino sin los jugadores afectados a los Lions. Así y todo volvieron con dos triunfos y fuiste la figura. ¿Te gusta jugar en Argentina?
–Primero que nada: cada vez que tengo la oportunidad de jugar aquí, la atmósfera es absolutamente increíble. Es distinta para los ingleses, porque estamos acostumbrados a algo diferente, no tanto de saltar, cantar o gritar durante todo el partido. Jugar en un ambiente como éste es increíble para nosotros. Nos encanta. Y cuando además jugamos contra un gran equipo, como Argentina, hay que estar a la altura del desafío y disfrutarlo. Dar lo mejor en la cancha. Y será lo mismo el partido que viene, porque sabemos cuál es el desafío. Argentina es un equipo muy apasionado, emocional. Los partidos son muy intensos. Conozco a algunos de los chicos, como Julián Montoya y “Tute” Moroni; jugué con ellos en Leicester. Entiendo lo que sienten por el rugby y son excelentes personas.
–¿Ves similitudes entre esta selección y la de 2017? ¿Cambió tu rol en el equipo?
–Sí. En 2017 había cinco o seis jugadores más experimentados. Esta vez hay dos o tres, y muchos jóvenes nuevos. Pero el sentimiento es el mismo: armar un equipo nuevo rápidamente. Yo me siento bien. Todavía tengo motivación y hambre. Espero ayudar a los más jóvenes, influir en ellos. Que si llegan a jugar su primer partido, lo hagan bien y el equipo funcione.
–Jugaste rugby profesional la mitad de tu vida. ¿Cómo te llevás con eso?
–Lo amo. De chico, todo lo que quería era ser jugador de rugby. Hacerlo tantos años es un sueño. Amo el juego, ser parte de un equipo, estar rodeado por buena gente.
–¿Qué etapa de tu carrera estás atravesando?
–Me siento bien. Todavía siento que estoy mejorando. Físicamente estoy bien, tengo experiencia y puedo usarla para ayudar al equipo o a los más jóvenes. Siempre quiero mejorar. Cada sesión de entrenamiento es importante. Ésa es mi mentalidad. Espero seguir así e influir en otros.
–¿Te pesa el hecho no haber jugado nunca en los Lions?
–Estoy bien con eso. Ser parte de Inglaterra siempre ha sido lo más importante para mí. Me llena de orgullo. Estoy concentrado 100% en esta gira.
Pensé que George no iba a estar aquí. Pensé que iba a estar en Australia, en los Lions. Y me siento muy afortunado de que esté acá. Me siento muy afortunado de trabajar con él, de aprender de él. Este tipo, realmente, es uno de los mejores jugadores del mundo.
Steve Borthwick, entrenador de Inglaterra
–¿Qué desafíos personales tenés?
–Me siento bien física y mentalmente. Tengo hambre de mejorar, de seguir jugando por Inglaterra. Después de este tour, descansaré y seguiré jugando en el club [Sale Sharks]. Espero seguir mejorando.
–¿Qué vas a hacer después del rugby?
–Ojalá siga vinculado. Tal vez como entrenador; no sé. Me gusta ayudar a la gente.
–¿Cambiarías algo de tu carrera?
–No tengo arrepentimientos. Obviamente, a veces uno desearía haber ganado ciertos partidos, pero así es el deporte.
Como en 2023 y 2017, el sábado el apertura inglés fue figura; “el drop es una forma de generar presión”, afirma el pateador Rugby