Diego Cocca vino al Mundo Talleres, vio y dijo: “… Que vengan los jugadores que tengan compromiso, ganas y hambre de representar a Talleres. Los que se queden, que tengan hambre, ganas y den el máximo para representar a Talleres. A los que no, les buscaremos salida. Tenía que hablar con los jugadores. Tengo que conocerlos. Si creen. Tengo que convencerlos. Este proyecto no es mío ni de Talleres. Es de todos”.
El entrenador le tomó rápidamente el pulso al plantel y ofreció una expresión parecida a la que supo tener Frank Darío Kudelka cuando ya llevaba un tiempo en el club. Ese fue el mensaje que bajó con todos los futbolistas que charló. Sobre todo con los que se quedaron. Ha venido a cambiar ese Talleres que el presidente Andrés Fassi supo definir como “permeable”, de concesiones, y del que también se responsabilizó. En la cancha y en el día a día.
“Una de las cosas que más me entusiasman con Cocca es algo que habíamos perdido un poco. Cuando empezás a conceder. Llegué a las 7.30 y debía hacerlo a las 7. Llegué excedido, un 1,8 kilos excedido. Y no hay consecuencias, empezás a soltar un poco la cosa. Con Diego, lo vamos a reactivar. Aspectos del reglamento interno que teníamos muy marcados. A veces, sos más permeable o permisivo. Si no hubiésemos sido tan permeables, quizás esas acciones no hubieran pasado. Porque habría una consecuencia. Ahí me siento culpable por haber aflojado en ese manejo de criterio. Cocca va a ser muy detallista. Muchachos, no se puede estar comiendo con el celular. Como nos entrenemos, vamos a jugar. Hay que cambiar actitudes, comportamientos y jugadores para modificar resultados”, fue el prólogo de Fassi. Más autocrítico que nunca.
Cocca también habló del día a día, de nutrición, de alimentación, de horarios. Marcó la cancha. El DT confirmó los nombres de Rodríguez, de Marcos Portillo, de Palacios, de Cardona y de Blas Riveros –ya se había ido Tarragona–, y dijo: “La información no se oculta, se necesita”.
Pero la lista se puede incrementar. No hay zona de confort, ni concesiones, ni medias tintas. Habló de la posibilidad que le dio a Luis Sequeira (fue titular ante San Martín de San Juan), pero le exigió “más compromiso y ganas de lo que está poniendo”. Le preguntaron si Reynoso se iba a ir y dijo que “está en consideración”.
Habrá un Talleres que deberá salir del descenso directo con “el cuchillo entre los dientes”, desde la actitud, pero siendo “protagonista en el juego, con identidad, de acuerdo a su historia”, pero no “mañana”, sino como parte de un proceso.
¿Por qué no se quejó de los refuerzos que aún no llegaron? Porque ya sabía que podía pasar y asumió ese compromiso de poner de pie a Talleres, desde el escenario real, que vive ahora, hasta un ideal.
Cocca ya dirige a la “T” y le puso su sello.
Diego Cocca vino al Mundo Talleres, vio y dijo: “… Que vengan los jugadores que tengan compromiso, ganas y hambre de representar a Talleres. Los que se queden, que tengan hambre, ganas y den el máximo para representar a Talleres. A los que no, les buscaremos salida. Tenía que hablar con los jugadores. Tengo que conocerlos. Si creen. Tengo que convencerlos. Este proyecto no es mío ni de Talleres. Es de todos”. El entrenador le tomó rápidamente el pulso al plantel y ofreció una expresión parecida a la que supo tener Frank Darío Kudelka cuando ya llevaba un tiempo en el club. Ese fue el mensaje que bajó con todos los futbolistas que charló. Sobre todo con los que se quedaron. Ha venido a cambiar ese Talleres que el presidente Andrés Fassi supo definir como “permeable”, de concesiones, y del que también se responsabilizó. En la cancha y en el día a día. “Una de las cosas que más me entusiasman con Cocca es algo que habíamos perdido un poco. Cuando empezás a conceder. Llegué a las 7.30 y debía hacerlo a las 7. Llegué excedido, un 1,8 kilos excedido. Y no hay consecuencias, empezás a soltar un poco la cosa. Con Diego, lo vamos a reactivar. Aspectos del reglamento interno que teníamos muy marcados. A veces, sos más permeable o permisivo. Si no hubiésemos sido tan permeables, quizás esas acciones no hubieran pasado. Porque habría una consecuencia. Ahí me siento culpable por haber aflojado en ese manejo de criterio. Cocca va a ser muy detallista. Muchachos, no se puede estar comiendo con el celular. Como nos entrenemos, vamos a jugar. Hay que cambiar actitudes, comportamientos y jugadores para modificar resultados”, fue el prólogo de Fassi. Más autocrítico que nunca. Cocca también habló del día a día, de nutrición, de alimentación, de horarios. Marcó la cancha. El DT confirmó los nombres de Rodríguez, de Marcos Portillo, de Palacios, de Cardona y de Blas Riveros –ya se había ido Tarragona–, y dijo: “La información no se oculta, se necesita”. Pero la lista se puede incrementar. No hay zona de confort, ni concesiones, ni medias tintas. Habló de la posibilidad que le dio a Luis Sequeira (fue titular ante San Martín de San Juan), pero le exigió “más compromiso y ganas de lo que está poniendo”. Le preguntaron si Reynoso se iba a ir y dijo que “está en consideración”. Habrá un Talleres que deberá salir del descenso directo con “el cuchillo entre los dientes”, desde la actitud, pero siendo “protagonista en el juego, con identidad, de acuerdo a su historia”, pero no “mañana”, sino como parte de un proceso.¿Por qué no se quejó de los refuerzos que aún no llegaron? Porque ya sabía que podía pasar y asumió ese compromiso de poner de pie a Talleres, desde el escenario real, que vive ahora, hasta un ideal. Cocca ya dirige a la “T” y le puso su sello.