El Auckland City de Nueva Zelanda protagonizó la gran sorpresa del Mundial de Clubes al lograr un histórico empate 1 a 1 frente a Boca Juniors por la última jornada del Grupo C.
Este resultado inesperado no solo les permitió recuperar “un poco de respeto” en el torneo, sino que también les otorgó una millonaria recompensa económica que supera ampliamente sus ingresos habituales.
Considerado el equipo más débil del certamen, habiendo recibido 16 goles en dos partidos y sin haber incomodado al Bayern Múnich ni al Benfica, el conjunto neozelandés desafió todas las expectativas.
Sebastián Ciganda, arquero uruguayo del Auckland City, reveló que “todos nos daban goleados otra vez, estaban confiados que Boca nos iba a meter seis goles”. Sin embargo, pese a las múltiples chances claras de gol de los argentinos, los comandados por Paul Posa lograron una gesta inédita.
Tras este “milagroso empate”, el Auckland City recibió un millón de dólares adicionales que la FIFA otorga por igualar un partido en el certamen.
Esta suma, sumada a los 2.5 millones de dólares por participar, representa una inyección financiera vital para el conjunto neozelandés, superando ampliamente cualquier otro ingreso que perciben en su continente. Lo más notable es que el premio por el empate se repartirá entre los futbolistas y el staff.
Esta decisión cobra aún más relevancia al conocer la realidad de los jugadores del Auckland City, muchos de los cuales compaginan el fútbol con profesiones fuera de la cancha. Sebastián Ciganda, por ejemplo, trabaja limpiando piscinas y jacuzzis en su vida diaria y tuvo que pedir vacaciones sin goce de sueldo para participar en el torneo disputado en Norteamérica. Christian Gray, el autor del histórico gol del conjunto neozelandés, es profesor de educación física.
Este “duro viaje” y el sacrificio de los jugadores se vieron recompensados con una victoria moral y un importante impulso económico que, sin duda, beneficiará al club y a sus “chicos”.
El Auckland City de Nueva Zelanda protagonizó la gran sorpresa del Mundial de Clubes al lograr un histórico empate 1 a 1 frente a Boca Juniors por la última jornada del Grupo C. Este resultado inesperado no solo les permitió recuperar “un poco de respeto” en el torneo, sino que también les otorgó una millonaria recompensa económica que supera ampliamente sus ingresos habituales.Considerado el equipo más débil del certamen, habiendo recibido 16 goles en dos partidos y sin haber incomodado al Bayern Múnich ni al Benfica, el conjunto neozelandés desafió todas las expectativas. Sebastián Ciganda, arquero uruguayo del Auckland City, reveló que “todos nos daban goleados otra vez, estaban confiados que Boca nos iba a meter seis goles”. Sin embargo, pese a las múltiples chances claras de gol de los argentinos, los comandados por Paul Posa lograron una gesta inédita.Tras este “milagroso empate”, el Auckland City recibió un millón de dólares adicionales que la FIFA otorga por igualar un partido en el certamen. Esta suma, sumada a los 2.5 millones de dólares por participar, representa una inyección financiera vital para el conjunto neozelandés, superando ampliamente cualquier otro ingreso que perciben en su continente. Lo más notable es que el premio por el empate se repartirá entre los futbolistas y el staff.Esta decisión cobra aún más relevancia al conocer la realidad de los jugadores del Auckland City, muchos de los cuales compaginan el fútbol con profesiones fuera de la cancha. Sebastián Ciganda, por ejemplo, trabaja limpiando piscinas y jacuzzis en su vida diaria y tuvo que pedir vacaciones sin goce de sueldo para participar en el torneo disputado en Norteamérica. Christian Gray, el autor del histórico gol del conjunto neozelandés, es profesor de educación física. Este “duro viaje” y el sacrificio de los jugadores se vieron recompensados con una victoria moral y un importante impulso económico que, sin duda, beneficiará al club y a sus “chicos”.