La ingeniera química especializada en alimentación y salud hormonal, Marta León, advirtió sobre prácticas comunes que pueden interferir en la digestión y el equilibrio metabólico.
La especialista en microbiota explicó que beber grandes cantidades de agua mientras se come puede diluir los ácidos gástricos y ralentizar el proceso digestivo.
En uno de sus vídeos divulgativos, León fue clara: “Beber mucha agua mientras se come puede frenar la digestión”.
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Este hábito, aunque frecuente, puede reducir la eficacia de los jugos gástricos y dificultar el vaciado del estómago. Su consejo es simple: activar primero el sistema digestivo y después incorporar el resto de los alimentos, favoreciendo así una mejor asimilación y equilibrio metabólico.
La importancia del orden en los alimentos
La especialista también puso el foco en el orden en que se ingieren los alimentos. Propuso comenzar las comidas con alimentos ricos en fibra, en particular fibra prebiótica presente en verduras o legumbres.
Según detalló, este gesto aparentemente sencillo estimula la microbiota desde el primer bocado, favorece la producción de enzimas digestivas y ayuda a regular la glucosa en sangre.
Para ilustrar su planteamiento, León comparó dos prácticas comunes: abrir la comida con pan blanco puede generar un pico glucémico y alterar la respuesta metabólica, mientras que iniciar con vegetales aporta beneficios demostrables como menor hinchazón, mejor digestión y sensación de saciedad prolongada.
Lejos de recomendar restricciones estrictas, la experta insistió en que su propuesta no se centra en eliminar alimentos, sino en reorganizar la secuencia del menú para obtener un mejor aprovechamiento de los nutrientes y un efecto más favorable sobre el metabolismo.
Su enfoque forma parte de una corriente que reivindica el papel de la microbiota intestinal en la salud general.
Tomar suficiente agua al día previene fatiga, problemas digestivos y enfermedades
Mantener una adecuada hidratación es clave para el funcionamiento del cuerpo humano.
El agua representa la mayor parte del cuerpo humano y cumple funciones vitales como la regulación de la temperatura, el transporte de nutrientes, la digestión, la circulación sanguínea, la eliminación de toxinas y la lubricación de las articulaciones.
De acuerdo con la doctora Mariana Laraguivel, “beber suficiente agua es fundamental para mantener estos procesos en equilibrio”.

Además, sustituir bebidas azucaradas por agua natural contribuye a controlar la ingesta de calorías y reducir riesgos asociados al sobrepeso.
No mantener una ingesta adecuada de agua de manera constante puede ocasionar fatiga, alteraciones digestivas, dificultades para concentrarse y una mayor vulnerabilidad a enfermedades.
Estos efectos impactan en distintos grupos de población, desde niños y adultos hasta personas mayores, embarazadas y deportistas.
Recomienda reorganizar el orden de los alimentos y moderar la ingesta de líquidos para favorecer la salud intestinal Vida Sana

