Coco Sily sorprendió con la noticia de su boda, el próximo 16 de noviembre. Hace dos años que está en pareja con Cinthia Meza, Chimi para todos. Se conocieron en la radio y durante un año fueron solamente compañeros de trabajo. Hasta que un día ella fue a verlo al teatro, otro día él la invitó a su casa y allí nació el amor que quieren sellar con una gran fiesta para amigos y familiares.
En diálogo con LA NACION, Coco Sily contó detalles del romance y de la boda, dice que ensamblaron familias y cuenta por qué no van a vivir juntos. Al menos por ahora.
-¿Cómo nació este amor?
-Nos conocimos hace tres años, pero la relación lleva dos. La conocí en la radio donde ella era columnista y hablaba sobre gestión de emociones, porque Chimi es coach ontológica. Me ofrecieron que estuviera en mi programa y me pareció interesante, porque aparte es muy didáctica y canchera. Así que compartimos durante varios meses.

-¿Ahí te enamoraste?
-No, pero siempre me pareció una persona luminosa. La verdad que lo que pasó fue bastante sorpresivo para los dos, porque la relación estaba muy consolidada en ese lugar de trabajo y nos divertíamos y la pasábamos muy bien. Y después… Fueron de esas casualidades de la vida, de esas cosas lindas que suceden. Un día invité a mis compañeros de la radio a una función de teatro y habíamos quedado en tomar algo después, pero como había mucha gente eso se diluyó. En ese momento yo tenía una casita en el Tigre y ella vive en San Isidro. Estábamos muy cerca y siempre decíamos que teníamos que arreglar para ir a comer. Esa semana arreglamos y la invité a mi casa.
-¿Cómo fue ese primer encuentro?
-Mágico. Hubo fueguito, sillones, almendras, la copita de vino para ella, el whisky para mí. Parecía sacado de la película Notting Hill (risas). Estuvimos charlando hasta las 5 de la mañana.
-Y a partir de ahí hubo otras citas…
-Sí, el otro fin de semana nos volvimos a ver y no nos separamos más. Cada uno vive en su casa porque ella tiene dos hijos, de 20 y 16 años. Pero todos los fines de semana yo voy a su casa y ella viene a la mía un día en la semana. Mis hijos ya son grandes y viven solos.
-Y ahora se casan…
-Sí, el 16 de noviembre hacemos una gran fiesta para amigos y familia. Es un festejo del amor. Teníamos ganas. Es esperanzador para un hombre de 60 años, como yo, poder volver a enamorarse.
-Vos habías quedado golpeado después de la separación de Caramelito, aunque fue una relación corta, ¿no?
-No quedé golpeado pero sí triste, como con cualquier relación que se termina. Fue tan corta que no llegamos a profundizar. Fue como la extensión de una amistad. Terminamos con muy buena onda. Pero ya fue.
-¿Cómo decidieron casarse?
-Lo veníamos hablando. Teníamos ganas de festejar el amor. Ella es soltera, tuvo otras relaciones pero nunca se casó. Y yo me casé con la madre de mis cuatro hijos, pero hace veinte años que estamos separados. Con mi ex tengo una relación preciosa, festejamos cumpleaños, las fiestas. La última Navidad la festejamos en la casa de mis hijos, con la madre de mis hijos, con Chimi, con sus padres. Hay una excelente relación y me siento bendecido por eso cuando escucho que hay conflictos tremendos en otras familias.
-¿Y se van a casar por civil?
-En principio es un festejo, y es probable que más adelante nos casemos por civil.
-¿Qué podés adelantarnos de esa fiesta?
-Es el domingo 16 de noviembre al mediodía en un salón de Hudson. Estamos haciendo las invitaciones que vamos a mandar en estos días. Y la madrina es Lizy Tagliani. Y va a venir el padre César a decir unas palabras y a bendecir la unión. Lo conocimos en lo de Javier Calamaro, que después de veinte años reafirmó su amor con su mujer. Y con Chimi nos encantó cómo habló y entonces le pedimos si él podía venir a bendecir nuestra pareja.
-¿Por qué eligieron a Lizy como madrina?
-Porque Lizy es una de las personas que más cohabitó nuestra relación desde el principio. Soy muy amigo de Lizy y Chimi pegó buena onda con ella. Y tenemos mucha onda también con Sebastián, su marido. Hemos ido a sus festejos de aniversario, al cumpleaños y bautismo de su precioso hijo.
-¿Y después van a convivir?
-No, no. La vida seguirá exactamente igual como está porque funciona bárbaro: yo paso los fines de semana en su casa de San Isidro y una vez a la semana ella viene a mi departamento en Nuñez. Y tenemos a nuestras perras que se llevan bárbaro y eso fue maravilloso.
-¿Hay proyectos de trabajo?
-Sigo con Código Sily en Radio Pop, de lunes a viernes de 13 a 16, y los sábados a las 21 hacemos Deconstruidos con Diego Pérez, en El Nueve. Y estoy haciendo una gira por Buenos Aires con La cátedra del macho.
Trabajaban juntos en la radio, se enamoraron hace dos años y en noviembre hacen una gran fiesta para celebrar el enlace Espectáculos

