• 9 de septiembre de 2025 08:13

Francia: cayó el Primer Ministro y Macron busca su reemplazo

Porradioplayjujuy

Sep 8, 2025

El gobierno francés colapsó este lunes tras una abrumadora votación de desconfianza en la Asamblea Nacional, lo que obliga al presidente Emmanuel Macron a buscar un cuarto primer ministro en poco más de doce meses. François Bayrou, el primer ministro centrista, fue destituido con 364 votos en contra y 194 a favor, poco menos de nueve meses después de asumir el cargo en diciembre pasado.

Esta caída marca una nueva crisis para la segunda economía más grande de Europa y anuncia una renovada incertidumbre y el riesgo de un prolongado estancamiento legislativo.

La apuesta de Bayrou y la crisis de la deuda

Bayrou pagó el precio de lo que pareció ser un error político, al apostar a que los legisladores respaldarían su impopular visión de que Francia debe recortar drásticamente el gasto público para reparar sus crecientes deudas. En su último discurso ante la Asamblea Nacional, Bayrou admitió el riesgo de su decisión de convocar la votación de confianza, pero argumentó que la crisis de deuda de Francia lo obligó a buscar apoyo legislativo para solucionar “una hemorragia silenciosa, subterránea, invisible e insoportable” de endeudamiento público excesivo.

“El mayor riesgo era no tomar uno, dejar que las cosas continuaran sin cambiar nada, seguir haciendo política como de costumbre”, declaró Bayrou. “La sumisión a la deuda es como la sumisión a través de la fuerza militar. Dominados por las armas, o dominados por nuestros acreedores: en ambos casos, perdemos nuestra libertad”.

Francia cerró el primer trimestre de 2025 con una deuda pública de 3.346 billones de euros, equivalente al 114% de su Producto Interno Bruto (PIB), con el servicio de la deuda representando aproximadamente el 7% del gasto estatal. Bayrou había propuesto recortes de 44.000 millones de euros para 2026, buscando reducir un déficit que alcanzó el 5,8% del PIB el año pasado, superando ampliamente el objetivo del 3% de la UE.

Los legisladores de izquierda y derecha, a pesar de sus marcadas diferencias políticas, aprovecharon la votación de confianza para unirse contra Bayrou y aumentar la presión sobre Macron. Bayrou criticó a la oposición, señalando: “Tienen el poder de derrocar al gobierno, pero no tienen el poder de borrar la realidad. La realidad seguirá siendo inexorable. El gasto continuará aumentando y la carga de la deuda, ya insoportable, se volverá más pesada y costosa”.

El dilema de Macron y una asamblea fragmentada

Esta destitución es el resultado directo de la sorprendente decisión de Macron de disolver la Asamblea Nacional en junio de 2024 para unas elecciones legislativas, una apuesta que buscaba fortalecer su alianza centrista proeuropea pero que salió mal. El resultado fue una legislatura fragmentada sin un bloque político dominante, la primera vez en la república moderna de Francia. Sin una mayoría viable, los gobiernos minoritarios de Macron han tambaleado de crisis en crisis, sujetos al capricho de bloques políticos que pueden unirse para derrocar sus elecciones.

Macron, que ya vio la salida de Gabriel Attal en septiembre de 2024 y la destitución de Michel Barnier en diciembre, ahora enfrenta una ardua búsqueda de un reemplazo para construir consenso en la cámara baja del parlamento. A pesar de que el presidente mantiene poderes sustanciales en política exterior y asuntos europeos, y sigue siendo el comandante en jefe del ejército, a nivel nacional, sus ambiciones enfrentan duros obstáculos. El presidente francés nombrará un nuevo primer ministro “en los próximos días” y aceptará la dimisión de Bayrou este martes, según anunció el Elíseo.

Reacciones de la oposición y próximos pasos

La caída del gobierno ha sido aprovechada por la oposición. La líder de extrema derecha, Marine Le Pen, pidió a Macron que disuelva nuevamente la Asamblea Nacional, confiada en que su partido, Reagrupamiento Nacional, y sus aliados ganarían una mayoría en unas nuevas elecciones legislativas, lo que les permitiría formar un nuevo gobierno. “Un gran país como Francia no puede vivir con un gobierno de papel, especialmente en un mundo atormentado y peligroso”, indicó Le Pen.

Por su parte, La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon ha ido más allá, exigiendo la dimisión del jefe de Estado y anunciando una moción de destitución para este martes, aunque con escasas probabilidades de prosperar.

Macron descartó, por el momento, convocar elecciones legislativas anticipadas. Sus opciones incluyen nombrar a un nuevo primer ministro, lo que parece lo más probable, y se rumorea que podría intentar ampliar la base parlamentaria de un futuro gobierno atrayendo al Partido Socialista.

Entre los nombres que suenan para el palacio de Matignon, sede del Gobierno francés, se encuentran Gérald Darmanin (ministro de Justicia), Sébastien Lecornu (ministro de Defensa), Éric Lombard (titular de Economía), así como independientes como Jean-Louis Borloo o el líder socialista Olivier Faure. El sucesor de Bayrou operará en el mismo entorno precario y enfrentará los mismos problemas presupuestarios apremiantes que acosaron a sus predecesores.

​El gobierno francés colapsó este lunes tras una abrumadora votación de desconfianza en la Asamblea Nacional, lo que obliga al presidente Emmanuel Macron a buscar un cuarto primer ministro en poco más de doce meses. François Bayrou, el primer ministro centrista, fue destituido con 364 votos en contra y 194 a favor, poco menos de nueve meses después de asumir el cargo en diciembre pasado. Esta caída marca una nueva crisis para la segunda economía más grande de Europa y anuncia una renovada incertidumbre y el riesgo de un prolongado estancamiento legislativo.La apuesta de Bayrou y la crisis de la deudaBayrou pagó el precio de lo que pareció ser un error político, al apostar a que los legisladores respaldarían su impopular visión de que Francia debe recortar drásticamente el gasto público para reparar sus crecientes deudas. En su último discurso ante la Asamblea Nacional, Bayrou admitió el riesgo de su decisión de convocar la votación de confianza, pero argumentó que la crisis de deuda de Francia lo obligó a buscar apoyo legislativo para solucionar “una hemorragia silenciosa, subterránea, invisible e insoportable” de endeudamiento público excesivo.“El mayor riesgo era no tomar uno, dejar que las cosas continuaran sin cambiar nada, seguir haciendo política como de costumbre”, declaró Bayrou. “La sumisión a la deuda es como la sumisión a través de la fuerza militar. Dominados por las armas, o dominados por nuestros acreedores: en ambos casos, perdemos nuestra libertad”. Francia cerró el primer trimestre de 2025 con una deuda pública de 3.346 billones de euros, equivalente al 114% de su Producto Interno Bruto (PIB), con el servicio de la deuda representando aproximadamente el 7% del gasto estatal. Bayrou había propuesto recortes de 44.000 millones de euros para 2026, buscando reducir un déficit que alcanzó el 5,8% del PIB el año pasado, superando ampliamente el objetivo del 3% de la UE.Los legisladores de izquierda y derecha, a pesar de sus marcadas diferencias políticas, aprovecharon la votación de confianza para unirse contra Bayrou y aumentar la presión sobre Macron. Bayrou criticó a la oposición, señalando: “Tienen el poder de derrocar al gobierno, pero no tienen el poder de borrar la realidad. La realidad seguirá siendo inexorable. El gasto continuará aumentando y la carga de la deuda, ya insoportable, se volverá más pesada y costosa”.El dilema de Macron y una asamblea fragmentadaEsta destitución es el resultado directo de la sorprendente decisión de Macron de disolver la Asamblea Nacional en junio de 2024 para unas elecciones legislativas, una apuesta que buscaba fortalecer su alianza centrista proeuropea pero que salió mal. El resultado fue una legislatura fragmentada sin un bloque político dominante, la primera vez en la república moderna de Francia. Sin una mayoría viable, los gobiernos minoritarios de Macron han tambaleado de crisis en crisis, sujetos al capricho de bloques políticos que pueden unirse para derrocar sus elecciones.Macron, que ya vio la salida de Gabriel Attal en septiembre de 2024 y la destitución de Michel Barnier en diciembre, ahora enfrenta una ardua búsqueda de un reemplazo para construir consenso en la cámara baja del parlamento. A pesar de que el presidente mantiene poderes sustanciales en política exterior y asuntos europeos, y sigue siendo el comandante en jefe del ejército, a nivel nacional, sus ambiciones enfrentan duros obstáculos. El presidente francés nombrará un nuevo primer ministro “en los próximos días” y aceptará la dimisión de Bayrou este martes, según anunció el Elíseo.Reacciones de la oposición y próximos pasosLa caída del gobierno ha sido aprovechada por la oposición. La líder de extrema derecha, Marine Le Pen, pidió a Macron que disuelva nuevamente la Asamblea Nacional, confiada en que su partido, Reagrupamiento Nacional, y sus aliados ganarían una mayoría en unas nuevas elecciones legislativas, lo que les permitiría formar un nuevo gobierno. “Un gran país como Francia no puede vivir con un gobierno de papel, especialmente en un mundo atormentado y peligroso”, indicó Le Pen.Por su parte, La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon ha ido más allá, exigiendo la dimisión del jefe de Estado y anunciando una moción de destitución para este martes, aunque con escasas probabilidades de prosperar.Macron descartó, por el momento, convocar elecciones legislativas anticipadas. Sus opciones incluyen nombrar a un nuevo primer ministro, lo que parece lo más probable, y se rumorea que podría intentar ampliar la base parlamentaria de un futuro gobierno atrayendo al Partido Socialista. Entre los nombres que suenan para el palacio de Matignon, sede del Gobierno francés, se encuentran Gérald Darmanin (ministro de Justicia), Sébastien Lecornu (ministro de Defensa), Éric Lombard (titular de Economía), así como independientes como Jean-Louis Borloo o el líder socialista Olivier Faure. El sucesor de Bayrou operará en el mismo entorno precario y enfrentará los mismos problemas presupuestarios apremiantes que acosaron a sus predecesores.  La Voz