• 25 de agosto de 2025 06:23

Ucrania destina casi toda su capacidad económica a resistir

Porradioplayjujuy

Ago 24, 2025

A dos años y medio del inicio de la invasión rusa a gran escala, la pregunta sobre quién está pagando el precio de la guerra en Ucrania se ha convertido en un punto central de las discusiones diplomáticas entre Washington, Bruselas y Kiev. El debate no es sólo político: se traduce en cifras que revelan cómo el esfuerzo bélico recae de manera desigual entre Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea, y qué tan pesada resulta la carga para cada sociedad.

En noviembre de 2024, según un informe publicado por Europa News, el Parlamento ucraniano aprobó un presupuesto militar récord de 2,23 billones de jrivnias –unos U$S 52.800 millones–, lo que representaba el 26,3% del PIB y más de la mitad del gasto estatal. Meses más tarde, con la revisión de julio de 2025, esa cifra se elevó a 2,64 billones de jrivnias (unos U$S 60.700 millones), equivalentes al 31% del PIB y al 67% de los recursos del Gobierno central.

Nunca en la historia reciente un país europeo destinó tal proporción de su economía a la defensa. El presupuesto refleja la urgencia de supervivencia de un Estado que libra una guerra total en su territorio, pero no muestra el alcance real de los costos: la suma total de la destrucción, la ayuda humanitaria y las pérdidas económicas ascienden a unos U$S 805 mil millones.

El esfuerzo interno, medido per capita, da cuenta de esa magnitud: cada ucraniano contribuyó con unos U$S 3.938 a la defensa desde 2022, es decir, alrededor de U$S 1.495 por año. Si se considera que el salario medio anual en Ucrania ronda los U$S 4.025, el aporte individual equivale a un tercio de los ingresos de un trabajador.

Desigualdad

El apoyo militar y financiero de los aliados occidentales es clave, aunque las cifras muestran contrastes. Entre 2022 y 2024, la UE destinó aproximadamente U$S 82.800 millones a Ucrania en ayuda militar, ya sea de manera directa o a través de los presupuestos nacionales. Esto supone apenas el 0,3% del PIB comunitario anual.

Estados Unidos, por su parte, gastó U$S 66.900 millones en el mismo período, lo que representa apenas el 0,08% de su PIB. La cifra es mucho menor que los U$S 300 mil millones mencionados en reiteradas ocasiones por el presidente Donald Trump en sus discursos, aunque es cierto que el cálculo depende de qué partidas se incluyan en la contabilidad.

Para dimensionar estas contribuciones en términos individuales, los datos del Instituto Kiel citado por el autor del informe ayudan a ilustrar la brecha: si se distribuyen los compromisos financieros y militares totales entre la población, cada estadounidense aportó alrededor de U$S 127 por año, mientras que cada ciudadano europeo desembolsó unos U$S 109,25 anuales. Muy lejos de la carga que soporta un ciudadano ucraniano.

Detrás de las cifras

Más allá de los números fríos, las diferencias son aún más notorias cuando se cruzan con el poder adquisitivo de las sociedades involucradas. Mientras que el salario medio anual en la Unión Europea supera los U$S 34 mil dólares y en Estados Unidos alcanza los U$S 65.400, en Ucrania la media es inferior a U$S 4.025. De este modo, lo que para un estadounidense o un europeo representa una contribución simbólica, para un ucraniano significa un sacrificio directo y palpable en su vida cotidiana.

Si los gastos en defensa son exorbitantes, los de reconstrucción resultan todavía más monumentales. Según el Banco Mundial, Ucrania necesitará U$S 515.890 millones en la próxima década para recuperar viviendas, infraestructura energética, transporte y servicios básicos. Solo los daños directos en infraestructuras ascienden a U$S 172 mil millones.

La destrucción de 2,5 millones de hogares implica un costo de U$S 81.650 millones para reconstruir viviendas. El transporte requiere U$S 66.700 millones adicionales y el sector energético, duramente golpeado por los ataques rusos en 2024, necesitará U$S 76.705 millones. Son cifras que superan con creces el presupuesto militar de 2025 y ponen en evidencia que el esfuerzo bélico es sólo una parte del desafío económico.

Costos invisibles

Ni la estadística más detallada puede reflejar plenamente el precio humano de la guerra, destaca el informe de EN. Millones de desplazados internos y refugiados, comunidades enteras arrasadas, familias fragmentadas y decenas de miles de muertos forman parte de una contabilidad imposible de traducir en dólares.

Lo que sí muestran los números es la asimetría: mientras que Estados Unidos y la Unión Europea pueden presentar sus contribuciones como una fracción mínima de su riqueza nacional, Ucrania destina prácticamente toda su capacidad económica a resistir. La diferencia de cargas explica la insistencia de Kiev en mantener el flujo de ayuda internacional y el debate en Occidente, cada vez más álgido, sobre la justicia y la sostenibilidad de ese esfuerzo.

​A dos años y medio del inicio de la invasión rusa a gran escala, la pregunta sobre quién está pagando el precio de la guerra en Ucrania se ha convertido en un punto central de las discusiones diplomáticas entre Washington, Bruselas y Kiev. El debate no es sólo político: se traduce en cifras que revelan cómo el esfuerzo bélico recae de manera desigual entre Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea, y qué tan pesada resulta la carga para cada sociedad.En noviembre de 2024, según un informe publicado por Europa News, el Parlamento ucraniano aprobó un presupuesto militar récord de 2,23 billones de jrivnias –unos U$S 52.800 millones–, lo que representaba el 26,3% del PIB y más de la mitad del gasto estatal. Meses más tarde, con la revisión de julio de 2025, esa cifra se elevó a 2,64 billones de jrivnias (unos U$S 60.700 millones), equivalentes al 31% del PIB y al 67% de los recursos del Gobierno central.Nunca en la historia reciente un país europeo destinó tal proporción de su economía a la defensa. El presupuesto refleja la urgencia de supervivencia de un Estado que libra una guerra total en su territorio, pero no muestra el alcance real de los costos: la suma total de la destrucción, la ayuda humanitaria y las pérdidas económicas ascienden a unos U$S 805 mil millones.El esfuerzo interno, medido per capita, da cuenta de esa magnitud: cada ucraniano contribuyó con unos U$S 3.938 a la defensa desde 2022, es decir, alrededor de U$S 1.495 por año. Si se considera que el salario medio anual en Ucrania ronda los U$S 4.025, el aporte individual equivale a un tercio de los ingresos de un trabajador.DesigualdadEl apoyo militar y financiero de los aliados occidentales es clave, aunque las cifras muestran contrastes. Entre 2022 y 2024, la UE destinó aproximadamente U$S 82.800 millones a Ucrania en ayuda militar, ya sea de manera directa o a través de los presupuestos nacionales. Esto supone apenas el 0,3% del PIB comunitario anual.Estados Unidos, por su parte, gastó U$S 66.900 millones en el mismo período, lo que representa apenas el 0,08% de su PIB. La cifra es mucho menor que los U$S 300 mil millones mencionados en reiteradas ocasiones por el presidente Donald Trump en sus discursos, aunque es cierto que el cálculo depende de qué partidas se incluyan en la contabilidad.Para dimensionar estas contribuciones en términos individuales, los datos del Instituto Kiel citado por el autor del informe ayudan a ilustrar la brecha: si se distribuyen los compromisos financieros y militares totales entre la población, cada estadounidense aportó alrededor de U$S 127 por año, mientras que cada ciudadano europeo desembolsó unos U$S 109,25 anuales. Muy lejos de la carga que soporta un ciudadano ucraniano.Detrás de las cifrasMás allá de los números fríos, las diferencias son aún más notorias cuando se cruzan con el poder adquisitivo de las sociedades involucradas. Mientras que el salario medio anual en la Unión Europea supera los U$S 34 mil dólares y en Estados Unidos alcanza los U$S 65.400, en Ucrania la media es inferior a U$S 4.025. De este modo, lo que para un estadounidense o un europeo representa una contribución simbólica, para un ucraniano significa un sacrificio directo y palpable en su vida cotidiana.Si los gastos en defensa son exorbitantes, los de reconstrucción resultan todavía más monumentales. Según el Banco Mundial, Ucrania necesitará U$S 515.890 millones en la próxima década para recuperar viviendas, infraestructura energética, transporte y servicios básicos. Solo los daños directos en infraestructuras ascienden a U$S 172 mil millones.La destrucción de 2,5 millones de hogares implica un costo de U$S 81.650 millones para reconstruir viviendas. El transporte requiere U$S 66.700 millones adicionales y el sector energético, duramente golpeado por los ataques rusos en 2024, necesitará U$S 76.705 millones. Son cifras que superan con creces el presupuesto militar de 2025 y ponen en evidencia que el esfuerzo bélico es sólo una parte del desafío económico.Costos invisiblesNi la estadística más detallada puede reflejar plenamente el precio humano de la guerra, destaca el informe de EN. Millones de desplazados internos y refugiados, comunidades enteras arrasadas, familias fragmentadas y decenas de miles de muertos forman parte de una contabilidad imposible de traducir en dólares.Lo que sí muestran los números es la asimetría: mientras que Estados Unidos y la Unión Europea pueden presentar sus contribuciones como una fracción mínima de su riqueza nacional, Ucrania destina prácticamente toda su capacidad económica a resistir. La diferencia de cargas explica la insistencia de Kiev en mantener el flujo de ayuda internacional y el debate en Occidente, cada vez más álgido, sobre la justicia y la sostenibilidad de ese esfuerzo.  La Voz